Quisiera, si me permites, hacer un nuevo intento.
Hace dos inviernos agonizaba. Hace uno, estaba rendida.
Este otoño espero con ansias el cambio de estación.
Entera nuevamente. Ejércitos preparados. Células armadas. Que caiga la nieve.
No he necesitado de dioses, me doy coraje y alegría a punta de repetirlo.
No requiero de empujes, vítores ni arengas.
Me he bastado.
Nuevamente el junco que se mece suave al viento, las bestias dormidas.
Que fantásticas somos las mujeres! Por esa razón parimos los hijos.
Los hombres, casi todos, se equivocan primera y segunda, aprenden lentamente.
Tal vez un poco más rápido, si una mujer les enseña.
En fin, no es este intento una lección de género.
Es un saludo, un regreso.
Hola.
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