Terminando otro año recuento un
camino largo que ahora parece breve,
atravesando túneles sombríos salí a
la luz de sueños incubados,
silencios momentáneos, encierros
voluntarios
y luego... la vida.
Vida nueva que
explota desde nada,
fundación de humanos que las
mujeres acogemos con humildad.
El sueño postergado que invocamos juntos,
cansados de esperar lo perfecto.
Te soñé, te llamamos, viniste.
Se cierra el año y recuento lo mismo de
siempre:
más aciertos que errores, aliados que enemigos,
más letras que omisiones.
Más cosecha que muerte.
Más cosecha que muerte.