Gracias a la vida que me ha dado tanto,
no es una frase hecha cuando se ha sido feliz.
En realidad, feliz a ratos, lo eterno no existe
para mí.
Una vez hice un inventario de mi vida
y tenía la bodega llena.
Hoy lo reviso porque es mi cumpleaños:
sigue llena la bodega. Colmada de historias.
Sus estantes copados de recuerdos,
luces y sombras de una mujer que ha vivido.
He vivido de amor y dolor,
de compañía y soledades,
de muerte y de vida.
He visto nacer y morir.
Me vi morir y renacer también.
Me arrepiento de algo? Sí
Me importa mucho? No
Sin deudas ni cargas ni muertos a cuestas.
Por mi camino han cruzado serpientes desechables
y seres inolvidables.
Libros, imágenes, sonidos,
amores, amigos, niños, viejos,
manos tibias tomando las mías, siempre heladas.
Me han mirado ojos amorosos y otros envidiosos,
creí en dioses y me fallaron,
creyeron en mí y tal vez también fallé.
Hice preguntas y encontré respuestas,
mis padres me amaron y aún lo hacen,
mis hijas me visitaron en sueños y luego en el
cuerpo,
me completó un compañero que trajo risa al
invierno.
Estudié,
trabajé y cumplí.
Sembré, escribí, parí.
Confieso que he sido feliz.
A ratos, ratos largos.