A veces el amor se asoma a mi corazón.
Aquel puño sangrante que me fue devuelto en los bosques.
Francamente, no gracias. No lo quiero.
De amor vive el iluso.
Se asoma también el miedo a mi corazón.
El que fue arrancado en invierno y regresó un verano.
No gracias, le digo. Fuera.
De miedo vive el agresor.
Se asoman muchas cosas, pero no las palabras.
No sé hablar, no sé escribir. No sé pensar.
El corazón recuperado tuvo un precio: la tontera.
Y de tontera vivo yo, por ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario