Suerte la mía no ser amante del dinero!
Puedo proveerme de lo que más quiero
sin pagar por ello.
Mi codicia es de amores, de momentos,
de palabras.
Quiero más de todo eso. Más amor para
llenar los bolsillos.
Suerte la mía ser amante de letras!
Mío el mundo de las ideas, no requiero
disfraz en billete.
Solo tomo en serio los asuntos que
entiende el corazón.
Para el resto, lo admito, no tengo
talento.
En este momento, no tengo ni un peso.
Pero me siento tranquila.
No tengo deudas de amor.
Sí tengo afectos e ideas para dar,
prestar, intercambiar.
Suerte la mía.
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