Tengo frío.
Se me enfriaron las lágrimas que no se
lloraron a tiempo.
Es que me alcanza con un par de
lamentos en lo que dura un cigarro,
más por ustedes sería derroche.
Fría tu ordinariez y atrevimiento, mujer de repuesto;
frío tu engaño, compañero.
Hoy, cuando
cierro este episodio, me voy liviana.
No me llevo nada de ustedes.
Ya no importa lo que son, lo que fueron o lo que la gente ve en ustedes.
Para mi no son más que mierdas vestidas
y peinadas para ir a trabajar,
mierdas buscando encumbrar en sitios
que no les pertenecen,
mierdas que se encuentran, se huelen,
se reconocen...
Hemos llegado al cierre.
Me abrigo en amigos, libros, música,
planes.
Me basto.
Me cansé de ustedes, mierdas
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