martes, 31 de marzo de 2015

Glotonería_En 100 palabras

Vivió en Santiago hasta los nueve años. Volvió pocas veces. Recién a los treinta quiso ver otra vez su casa de la infancia.  Llevó a su pareja, quería mostrarle.

Su casa había desaparecido dentro de otra. Una ampliación inmensa se la había engullido. No reconocía nada de la pequeña casita de ladrillo, de un piso, frente a la plaza. Si no fuera por la numeración habría pasado de largo.
Únicamente la plaza estaba igual.  



Se sentaron en una banca, mano en mano, mirando la robusta casa glotona, mientras ella le contaba historias de muros y jardines que ya no existían.


2 comentarios:

  1. me gusta que hagas un llamado de atención a como modificamos la estructuras, pero aún así permanecen vivos e intactos en nuestros recuerdos.

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