domingo, 23 de febrero de 2014

Lago Maihue

Pasé la tarde en una especie de paraíso solitario, en la ribera más alejada de un lago enorme y quieto:  el río llegando tranquilo al amplio lago, el silencio absoluto de la naturaleza virgen. Árboles antiguos se mecen cerca de la orilla y al frente el monte poblado de verde, como un muro gigante que corta un  cielo sin nubes.

Me quedo hasta la puesta de sol tendida en la fina arena. el atardecer es distinto para mí: el sol se pone tras un cerro, detrás del lago. En el camino de regreso, al borde del angosto camino de tierra y piedras, una niña nos mira pasar. Debe  tener unos doce años, tal vez menos. Las pocas casas que bordean el camino son pobres, una de ellas debe ser la suya. Nuestro auto levanta polvo a pesar de avanzar lentamente. Ella nos observa hasta que desaparecemos tras la curva. 

Me pregunto cuáles son sus opciones de salir de ahí, de abandonar ese sitio que a mí me parece un paraíso. Qué oportunidades tendrá de irse a la ciudad, estudiar y no regresar a la pobreza, el polvo y el destierro de ese lago lejano que pocos llegan a conocer y de seguro no querrían habitar en invierno.


Comienzo a sentirme culpable, quiero llegar pronto a mi casa. Lo que para mí es un paseo voluntario al edén es para ella una larga estancia en el encierro.



4 comentarios:

  1. Hay quienes eligen estar donde quieren vivir y escogen aquella Pobreza de la Austeridad. Aquella Austeridad de lo necesario para vivir y nada más.

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  2. Cierto. Pero los niños no eligen. El lugar contrasta fuertemente con su vecino,el lago Ranco, donde veranean varios empresarios y donde pràcticamente todo el contorno del lago es privado por opciòn. El punto màs lejano del Maihue me transmitió abandono.

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  3. un día, no puedo decir que "común", ninguno lo es
    caminando por la calle me cruzo con un ciego, sentí que necesitaba ayuda y no lo ayude
    en cambio me quede observándolo asta que desapareció mientras me preguntaba ¿ira por el camino correcto?¿como se imaginara el mundo?
    ¿abra visto alguna vez lo que yo veo? ¿un atardecer? ¿el verde de los arboles? ¿las gotas de lluvia al caer?. y asta el día de hoy por algún motivo siento que debí ayudarlo.

    ley vario de sus relatos y este me hizo recordar lo escrito anteriormente.
    saludos, Vianney

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    1. Gracias Vianney por leer lo que escribo. Y tambièn muchas gracias por compartirme lo que tu escribiste, me gustó. Si te gusta escribir, te recomiendo tener un blog, vale la pena compartir estas cosas. Un abrazo

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