jueves, 30 de enero de 2014

Todas mis voces se apagan

En días como este todas mis voces se apagan.
Me prometo no hablar más, 
cierta de que cada palabra será usada
ante el Tribunal de la Rabia.

En días como este todas mis voces se apagan,
como si ningún sitio pudiera llamarlo hogar
y ninguna persona pueda llamarla amigo.

El cielo pesa como sólo lo hace cuando quiere llover y no puede.
Mi cabeza pesa como sólo lo hace cuando quiere escribir y no puede.
Las manos tiemblan y se doblan las  piernas
ante la carga de la decepción repetida y el silencio forzado, violento.

En días como este todas mis voces se apagan
y desean nunca más volver a sonar.





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