lunes, 19 de agosto de 2013

La noche clara

La noche está clara, dijo él mirando por la ventana.
Ella pensó que sí, demasiado para estar lloviendo.
La noche era lo único claro ahí.
El humo de sus cigarros siguiendo al aire.
Los árboles brillando en agua.
Entre ellos, sin embargo, nada es claro.

Las palabras no pueden retroceder a las gargantas.
Las caricias no pueden devolverse a las manos.
Todo error y todo acierto, ya están hechos. Son.
Una vez abiertos los ojos es difícil volver a cerrarlos.

Y nada està claro.
Salvo la noche.



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