jueves, 27 de junio de 2013

Ventolera

La Lluvia  libera  las hojas y el Viento las toma en brazos.
Crujen los techos, las ramas se inclinan, saludando.
No temo ni me lamento. 
Si el tronco no teme su desnudez, por qué levantaría yo la voz?
Si el pobre no se lamenta, por qué lo haría yo bajo techo firme?

Escondidos todos. Viento, amo solitario en jardines y calles.
Ventolera, decidiendo la muerte de árboles antiguos,
hartos de ver pasar gentes indiferentes, 
esas que solo notan al muerto cuando ha caído.

La Lluvia baja las hojas y el Viento las toma en brazos.
Como queriendo ayudar, me las deja en montón,
ordenada confusión café y amarilla.
Se hace definitivo lo que antes fue una intención:
cuando el Viento decida mi hora, quiero irme con él.
Hecha ceniza, en sus brazos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario